Los vestidos, tanto de hombre como de mujer, cuando no eran tejidos, se confeccionaban en fibra de Ixtle o del manguey que se obtenía mediante el raspado de sus hojas o ramas, obteniéndose así los hilos. Posteriormente, reemplazaron estas fibras por el algodón.
El arte plumario constituía realmente una destreza particular. De aves propias del lugar o criadas en cautiverio, las plumas se clasificaban por su tamaño y color, sobrevalorándose las de color verde de quetzal, cuya importancia era mayor que la concedida al oro.
Éstas no solo se llevaban en los tocados, también en los escudos de los guerreros, cuyo vestuario en ocasiones representaba a sus dioses.
El arte plumario constituía realmente una destreza particular. De aves propias del lugar o criadas en cautiverio, las plumas se clasificaban por su tamaño y color, sobrevalorándose las de color verde de quetzal, cuya importancia era mayor que la concedida al oro.
Éstas no solo se llevaban en los tocados, también en los escudos de los guerreros, cuyo vestuario en ocasiones representaba a sus dioses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario